miércoles, 28 de octubre de 2009


No hay belleza más irresistible en la mujer,
que la feminidad y la dulzura.
La elegancia y el buen trato son equivalentes a Mil viagras.

Es una Ley de la naturaleza que todo aquel que se casa con una modelo flacucha, anoréxica, bulímica y nerviosa, al poco tiempo se elige una amante pulposa, simpática, relajada y llena de salud.

Algunas líneas en la cara, algunos puntos de sutura en el vientre, algunas marcas de estrias NO les quitan su belleza.
Son heridas de Guerra, testimonios de que han hecho algo con sus vidas, no han estado años en formol ni en un spa.

El cuerpo de la mujer es la prueba de que Dios existe. Es el sagrado recinto donde nos gestaron a todos los hombres, donde nos alimentaron, nos acurrucaron y que nosotros sin querer arruinamos llenándolo de estrías, cesáreas y demas cosas que tuvieron que acurrir para que estemos Vivos!

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