miércoles, 12 de octubre de 2011


Nadie es propiedad de nadie, pero a veces pensar que una persona es nuestra, nos puede hacer sentir mejor, un poco menos vacíos y hasta más importantes. También sabemos que nadie es indispensable en la vida de nadie, que nadie se muere por amor, sino por soledad, por la cotidianidad que nos domina, que muchas veces, o la mayoría, no nos enamoramos de otra persona, sino del cambio que esa persona hace en nosotros, que simplemente somos lo que hacemos para cambiar lo que somos; muchas veces cambiamos por personas que no lo merecen, en vez de mejorar por aquellas que sí, pasarán cientos y cientos de personas en nuestras vidas, algunas dejaran marcas y enseñanzas en nosotros, pero sólo algunas pocas marcan fuertemente nuestras vidas. De hecho, nunca terminamos de conocer a las personas que tenemos al lado, como así tampoco nunca terminamos de conocernos a nosotros mismos.
La vida es un misterio que la humanidad, por más "desarrollada" que dice estar, nunca va a comprender, es un misterio tan grande como el de la creación, la evolución, la reencarnación, o todo aquello en lo quieren que creamos, nunca fuimos, ni vamos a ser mucho más que títeres controlados por grandes poderes, que nosotros mismo creamos, como la iglesia y los gobiernos, a menos que nos unamos, y para unirnos en Uno solo, primero tenemos que saber actuar como individuos independientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario